Paiva es un pasaje peatonal vecinal ubicado en el cercado de Lima que durante años albergó familias y se convirtió en un espacio comunal importante; sin embargo también empezó a ser utilizado como estacionamiento de autos malogrados y con presencia de basura. Esto generó sensación de abandono del espacio e inseguridad en el entorno, además de eliminar el sentido de pertenencia que en algún momento sintieron los vecinos.
El objetivo de esta intervención, junto con la Municipalidad de Lima, era repotenciar Paiva como un espacio seguro y acogedor para familias y transeúntes.
Hoy, el pasaje Teniente Paiva tiene 137 metros cuadrados de murales que representan la naturaleza y la niñez, además de 700 plantas, 13 árboles y seis huertos urbanos instalados por la Municipalidad Metropolitana de Lima, impactando en la vida de alrededor de 1.000 personas entre residentes y transeúntes del lugar.